6.2.24

Escribir en una cafetería es una buena decisión

Todos hemos visto en algunas cafeterías a personas escribiendo en su ordenador, en su tablet o incluso (menos) en libretas tamaño A5. 

Ir a una cafetería a escribir es una manera excelente de que logres párrafos diferentes a los que logras escribir en tu casa, aunque tengas despacho. Es meterte en una cueva nueva, que puedes repetir o elegir otra. 

Una cafetería, si la sabes elegir bien, es un lugar tranquilo, relativamente silencioso, lleno de vida y por ello de gente que va y viene, que se mueve ante tus ojos y además pueden ser personajes diferentes a tus habituales.

No hay nadie en una cafetería que te moleste a la hora de ponerte a escribir o a reflexionar, puedes encerrarte en tu propio espacio —eso sí poniendo en modo avión tu teléfono— y simplemente escribir y observar.

Tienes que marcarte un tiempo, y destinar a esto una hora completa es una buena decisión. De esa manera te obligas a trabajar, recordando que observar también es trabajar para la escritura. 

Y con una hora como tiempo marcado con anterioridad, logras dos objetivos, que no te canses del lugar y que creas que te queda mucho tiempo más por trabajar, y por ello por volver. No seas estricto, si son 90 minutos también es una hora, todo depende.