Todas las generaciones somos levemente diferentes entre nosotros. Pero tan levemente que con los años nos fusionamos. Si vemos la viñeta del genial Forges vemos que la frases de los niños son totalmente entendibles. Los adultos disfrutamos con aquello que nos hizo disfrutar de niño.
Lo curioso es que el Circo lleva miles de años haciendo disfrutar a las personas. Y sí, es verdad, el circo ha ido evolucionado y ya no matamos a gladiadores o sacamos leones dormidos.
Estos niños cuando sean adultos llevarán al Circo a sus hijos y disfrutarán más que ellos. Es ley de Adaptación. Todos (o casi) creemos que los mejores años de la sociedad son aquellos en los que nosotros éramos jóvenes.
En realidad son (nos parecen) los mejores, sin duda, pues fue cuando más disfrutamos. Y además de saborearlos, sabemos que ya no volverán. La nostalgia también tiene su punto de actividad melancólica.
Hoy nos gustaría ir al Circo pero no al actual, pues ese ya lo veos en la televisión. Nos gustaría repito ir al circo para ver a los Hermanos Tonetti, o si eres muy mayor a Pinito de Oro. Pero llevamos a nuestros hijos a ver malabares como en cualquier gran avenida de un ciudad grande. Es la vida.