El punto de vista es también una manera de enfocar la literatura que puede funcionar muy bien si sabemos separarnos del tema, y relatar las escenas desde otro espacio. Cada historia puede tener muchos puntos de vista, y es el escritor quien elige la zona desde dónde contar lo que sucede.
Imaginemos una escritura de una novela sobre un atraco a un banco. Algo muy recurrente.
Podría hablar or poner otro ejemplo de un relato sobre un campo de concentración, pero desde el punto de vista de la mujer del director.
Así que no sólo son los temas, también los puntos de vista, lo que nos pueden dar originalidad.
Se puede elegir un narrador en tercera persona, cercana o por encima de todos. Pero también desde un narrador en primera persona que es quien da su punto de vista, que no es el que lo sabe todo, pero sí el que enfoca todo desde su particular mirada toda la trama.
Imaginemos una escritura de una novela sobre un atraco a un banco. Algo muy recurrente.
Todos hemos leído decenas de novelas desde el punto de vista del atracador, del policía o del director del banco. Pero no es tan normal una novela de un atraco desde el punto de vista de un niño que asiste asustado.
Tampoco desde el punto de vista de alguien que lo ve todo, pero no está dentro del escenario, de la trama. Son pues diversas maneras de contemplar y relatar algo muy habitual.
Podría hablar or poner otro ejemplo de un relato sobre un campo de concentración, pero desde el punto de vista de la mujer del director.
Un relato de un hospital desde la óptica de un señor de la limpieza.
Un divorcio desde la mirada de los abuelos.
Así que no sólo son los temas, también los puntos de vista, lo que nos pueden dar originalidad.
Se puede elegir un narrador en tercera persona, cercana o por encima de todos. Pero también desde un narrador en primera persona que es quien da su punto de vista, que no es el que lo sabe todo, pero sí el que enfoca todo desde su particular mirada toda la trama.