Estamos entrando y saliendo desde hace más de tres décadas en la III Guerra Mundial. Pero casi no se nota.
Parece el sino de estas tres décadas, en que a poco que nos esforcemos, sean cuatro.
Lo llaman presbicia si es dificultad desde cerca, y tamaño de letra pequeño si es desde lejos.
Pero en cambio sí es cierto que hay muchas cosas que se ven mejor desde una cierta distancia.
Todo depende de cada uno.
Tiene razón en la frase que dejo arriba, no sé si la tiene en el resto del texto, hasta no leerlo.
Creemos firmemente que nuestras decisiones no sirven de nada, y que toda seguirá igual… hagamos lo que hagamos. Y eso es precisamente lo que quiere que entendamos con calma, quien ha logrado convencernos de ello.
Nos han ganado. Logran que no hagamos nada, hasta que toquen el silbato y nos llamen a filas para matar con pistolas prestados a presuntos enemigos nunca sabemos bien de quien o de qué. Nos vamos convirtiendo en meros consumidores de vida, de productos, de ideas, todo perfectamente empaquetado en plástico.
Y luego nos obligan a reciclar ese mismo plástico, para que seamos nosotros lo que no contaminemos. Efectivamente, somos idiotas.
Leer nos podría convertir en menos idiotas, pero cada vez leemos menos. O lo que parece similar y no lo es. Cada vez hay menos personas que leen, que leemos.
Nos quieren idiotas pues así somos mucho más dóciles.
Nos censuran sin censurarnos del todo, y además dicen que lo hacen por nuestro bien, para que no suframos o para no nos produzca dolor lo que censuran. Nos lo dan todo mascado y a medio digerir, para que no pongamos de nuestra parte.
Y además como he dicho antes, nos han convencido de que es lo mejor para nosotros, pues realmente nosotros (tú y yo) no podemos hace nada de nada. ¡¡¡Miuuuu!!! por no decir palabrotas, que si no me lo censuran.
Y ahora me voy a leer el artículo. Lo siento.
Nota.: Tras leer el artículo, no puedo hacer otra cosa que aplaudir. Bueno sí, ponerme a llorar, pero eso lo dejo para más adelante.
El amor se recibe y se entrega de unos a otros. Se regala y se comparte. Es así de sencillo y así de complejo.
El cortometraje, de cualquier calidad, es el inicio de la entrada de nuevos profesionales al cine. Suele ser además y en muchos casos un modelo de experimentación cinematográfica y literaria en la forma de contar historias, que abre caminos artísticos nuevos, que a veces juega con las dobles intenciones o con el surrealismo, y se acerca mucho más a la experimentación artística, que el cine comercial.
Pero curiosamente los tiempos de las cadenas de televisión los troceamos en horas, en bloques de 90 ó 120 minutos como norma, y en donde de entrada es complicado colocar productos de 20 minutos, de 43 minutos, etc. Pero se pierden trabajos realmente muy interesante que deberían rescatar.
Incluso en la publicidad, normalmente hay muchos anuncios de calidad que solo los vemos en 20 segundos cuando a veces se crean en versiones completas de algunos minutos.
Ese producto diseñado para la publicidad, en realidad encierra una historia, un relato o un cuento corto, que se debería conocer más y mejor. Es literatura, fotografía, cine.
Hay opciones en Netflix, algo en la cadena PlutoTV o incluso en RTVE, en Rakuten o en la cadena ARTE, pero hay que ir buscándolos a cuentagotas y por los títulos.
En un tiempo con decenas y decenas de cadenas en cada plataforma de televisión, no parece lógico que no haya ninguna dedicado a los cortometrajes.
Somos libres para hacer y decidir lo que nos venga en gana. Lo que ya no sé, es si somos conscientes de hacia dónde nos van llevando tantas mentiras, el acostumbrarnos a esas mentiras.
No sé si son de un Pulgarcito o de un Tiovivo, daría igual, pero no, es de un ejemplar de DDT, una revista humorística para mayores. Es cuestión de poner humor atemporal, pues hubo años en los que no era sencillo hacer humor para adultos.
Comprar libros está bien, pues se necesitan libros en las casas para fomentar el hábito diverso de la lectura, pero funciona muy bien leer con los niños, leer en voz alta, recitar y casi hacer teatro.
Esta página es de un libro de Lectura de los años 50 del siglo XX. Es casi Teatro para leer y ser leído. Para dialogarlo en compañía de la familia.
Pero igual que este hay libros y textos del siglo XXI, con la misma finalidad. No se trata de comprar libros con historias largas, o al contrario, solo con imágenes, dibujos e ilustraciones.
Un libro tiene que ser entretenido según cada edad, fácil también, pero sobre todo un libro debe ser texto e historias. Aunque lleve muchas ilustraciones.
Un clásico Tebeo de los que ya no existen, también puede funcionar para leer en pocos minutos una historia sencilla y entretenida.
Los que a finales de los años 50, tuvimos la enorme suerte de poder leer en los colegios o en casa, recordaremos con sumo agrado este libro, "Lecturas" de la editorial Edelvives.
Algo acaramelado, muy de las ideas de aquella dictadura a medias entre todavía la Falange y sobre todo la Iglesia, pero que sirvió para crear hábitos de lectura.
Leer es fundamental para crear Cultura, y ahora es poco lo que se lee entre los niños a partir de cierta edad, Mucho lo que se mira.
Por ejemplo se han perdido los "Tebeos" una manera preciosa de empezar a leer. Nada los ha sustituido, aunque nos lo parezca. Era literatura sencilla, fácil de consumir, barata pues tenía varios precios según las economías, y nada lo ha sustituido.
Los textos son francamente peligrosos. Es un libro para las maestras, no en un libro de alumnos. Hablamos de unas 600 páginas con lemas y consignas.
Leyéndolos, se entiende mejor que en décadas de hambre y pobreza, no se levantara la sociedad, con mezcla de miedo a la represión feroz y viviendo con una educación tremenda.
Pero… ¿Qué eran los Cátaros? Pues diríamos para simplificar que eran cristianos, pero no abrazaban de casi ningún grado el catolicismo. Y en aquellos siglos viejos, ellos, los cátaros, deseaban más tolerancia y libertad de culto, una igualdad mucho mayor entre géneros y con una libertad sexual entre sus miembros bastante diferente a los católicos tradicionales.
Este libro se titula: "La verdadera historia de los Cátaros" y es otro ejemplo de libros que voy dejando, como modelo de temas muy variados pero que pueden gustar.
Escrito por Anne Brenon, historiadora medieval francesa, nos plantea en sus cinco capítulos un total de 25 preguntas en más de 200 páginas, que todos nos podríamos hacer si nos interesa algo este fenómeno que al final desapareció por sus persecuciones.
Su Biblia, casi idéntica a la católica, admite totalmente el Nuevo Testamento, pero en cambio no opina lo mismo del Viejo Testamento. Eso ya nos indica bastante de sus formas de pensar.
Su persecución, la de los Católicos hacia los Cátaros fue de alguna manera el inicio de la Inquisición que duró muchos más años. Los católicos no querían consentir nada ni a nadie que pensara fuera diferente.
Leer es maravilloso, pero además tampoco es que te robe mucho tiempo, todo depende de cómo te organizas. El caso es que voy a comenzar una sección que iré intercalando, con libros diversos para animar a leer.
Estoy seguro de mi éxito, es decir, ninguno, pero me lo voy a pasar muy bien riéndome de mí mismo y de mis intentos tontos.
Empieza con un clásico, con "El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo. Un maravilloso tratado de política escrito en el año 1532 y al que hoy, 500 años después no se le podría añadir ningún capítulo nuevo. Ni incluso ninguno con Inteligencia Artificial.
Podríamos decir que es un libro de filosofía política, de tratado para ser político, para vivir de la política.
Y no nos equivocamos si además añadimos que es totalmente actual, si sabemos leerlo pensando que algunos cositas tienen 500 años.
Si eres un político y no sabes qué decisión tomar, no te preocupes, mira en el libro, en sus XXVI capítulos, y seguro que algunos consejos te llevarás para vencer a tu enemigo.
Lo malo es que posiblemente ese enemigo también se habrá leído "El Príncipe" y esto es como el ajedrez, gana quien más sabe pensar.
Si será interesante el libro y sus consejos, que los maquiavélicos lo son por culpa del autor del libro.
O nos imaginamos lo imposible, o nunca seremos imposibles. O creemos en nosotros mismos, o nadie creerá mejor en nosotros mismos. El surrealismo es casi siempre muy real, pero visto desde otra óptica. No se trata de mostrar los sueños, sino de inventárselos, creer en ellos por ser nuestros, y mostrarlos para provocar. Cuelo que cada uno haga lo que le venga en gana.
"El mundo entero debe ser, desde el primer instante objeto de atención y materia de aprendizaje para el niño, como lo sigue siendo, más tarde para el hombre. Enseñarle a pensar en todo lo que le rodea y a hacer activas las facultades racionales es mostrarle el camino por donde se va al verdadero conocimiento, que sirve después para la vida. Educar antes que instruir; hacer del niño, en vez de un almacén, un campo cultivable."