10.4.24

El respaldo de una silla naranja


Tras una puerta de lo más habitual se encuentran decenas de sillas, casi todas naranjas. El día que por primera vez acudí a esa sala iba con incertidumbre por no saber lo que me iba a encontrar dentro. Aquellas sillas naranja, durante meses, me vieron escribir multitud de cosas.

A simple vista, para cualquier persona, es un asiento normal, como tantos otros que hay en esa sala, en muchas otras salas de reuniones.

Pero esta es/era mi silla. El respaldo de mi silla.

La que ocupé por primera vez hace dos años, para comenzar un taller de escritura creativa, que me iba a encaminar a la expresión literaria, aunque fuera sin calidad.

Aquella silla se situaba en primera fila, justo delante de la mesa del profesor, creo que la escogí para no perderme nada de lo que aconteciera cada lunes, para ver bien la pizarra con mi miopía, para poder sentir el aroma del café de la profesora y que inundaba la sala.

La sola idea de escribir, ya es motivante. 

Para mí, tener una hoja en blanco que llenar de ideas, de imaginación, de literatura…, es tener vida.

Y desde esa silla, muchas tardes de lunes, he tenido delante a la coordinadora del taller que cada lunes nos traía ejercicios llenos de imaginación, con ilustraciones a veces propias y otras buscadas por la red.

He creado a partir de palabras inventadas, de sueños, de obras ya históricas de nuestra literatura.

Esa silla ha soportado mi peso, mi paciencia, mis lágrimas, mi ansiedad. 

Mucho, todo…

Porque en ese taller se vivían historias maravillosas. 

Historias de amor, escritas o contadas, de terror, de vida. 

Historias que entre varios alumnos se creaban, para dejar volar las ideas, y olvidarnos durante una hora de todo lo que teníamos en el exterior.

Cuando me senté en ella por última vez lo hice para casi pedir perdón, para despedirme. 

Fue un hasta luego, lo único que no pude escribir en y sobre ella fue mi nombre, pero en muchas de mis historias van mi nombre y su respaldo naranja… unidos a mi vida.

Laura Puente Ajovín