Los cortometrajes son cine de gran calidad condensando en pocos minutos; y en todas las cadenas de televisión, streaming o incluso en las salas de cine convencional, gozan de muy poca atención. No es nada fácil ver cortometrajes, aunque hayan obtenido Premios Oscar.
El cortometraje, de cualquier calidad, es el inicio de la entrada de nuevos profesionales al cine. Suele ser además y en muchos casos un modelo de experimentación cinematográfica y literaria en la forma de contar historias, que abre caminos artísticos nuevos, que a veces juega con las dobles intenciones o con el surrealismo, y se acerca mucho más a la experimentación artística, que el cine comercial.
Pero curiosamente los tiempos de las cadenas de televisión los troceamos en horas, en bloques de 90 ó 120 minutos como norma, y en donde de entrada es complicado colocar productos de 20 minutos, de 43 minutos, etc. Pero se pierden trabajos realmente muy interesante que deberían rescatar.
Incluso en la publicidad, normalmente hay muchos anuncios de calidad que solo los vemos en 20 segundos cuando a veces se crean en versiones completas de algunos minutos.
Ese producto diseñado para la publicidad, en realidad encierra una historia, un relato o un cuento corto, que se debería conocer más y mejor. Es literatura, fotografía, cine.
Hay opciones en Netflix, algo en la cadena PlutoTV o incluso en RTVE, en Rakuten o en la cadena ARTE, pero hay que ir buscándolos a cuentagotas y por los títulos.
En un tiempo con decenas y decenas de cadenas en cada plataforma de televisión, no parece lógico que no haya ninguna dedicado a los cortometrajes.