11.3.24

¿Somos iguales entre todos? ¿Queremos ser iguales?


Dicen que todos somos iguales pues todos vamos a morir, todos tenemos posibilidades iguales de hablar con Dios e incluso dicen que también son iguales las de ir al Cielo o al Infierno.

Todos podemos pedir perdón y recibirlo, y que las únicas diferencias son materiales, que —dicen para consolarnos— precisamente son las menos importantes.

¡¡Uff!! 

Lo cierto es que incluso para creer que hablar con Dios sirve, hay que tener unos posibles mínimos. Por ejemplo un hogar, una cierta libertad y formación, un deseo de entender de forma subjetiva que somos algo más que materia inexplicable. 

Cuando se tiene hambre de comida o de justicia, es complicado intentar hablar con Dios, creyéndote que sirve de algo, es preferible hacer otro tipo de ejercicio.

Posiblemente la desigualdad consista en que no todos podemos acceder a lo mismo, y que aunque todos nos vayamos a morir, mientras tanto… unos nos lo pasamos mucho mejor que otros.