Si te has preguntado por qué el alcohol, las bebidas espirituosas, no han subido tanto de precio como parecería por la crisis y el ansia de aumentar los impuestos, la respuesta está en que se bebe cada día menos alcohol del duro, aunque parezca lo contrario.
En España desde el comienzo de la crisis de 2008 se consume un 40% menos de licores de alta graduación alcohólica, bebidas espirituosas o combinados.
Se producen menos bebidas duras, unos 200 millones de litros de bebidas alcohólicas al año frente a las 350 millones de antes de la crisis, porque se bebe menos y sobre todo por que lo compran y lo beben menos personas. Sin contar los miles de litros de alcohol que se fabrican de forma falsa.
Sigue siendo el whisky con un 26% de consumidores la bebida que más se bebe, seguido del ron con un 17%, la ginebra con un 16%, el brandy con un 11%, el anís con un 6% y el vodka con un 5% con datos de 2015.
Subir los impuestos en las bebidas alcohólicas no aumentaría la recaudación. Aunque ganaríamos en salud.
En el año 2025 en España sigue siendo el Whisky con un 24,5% del consumo de destilados, seguido del Ron con un 15%, la Ginebra con su 12,9% y el brandy con un 12,8%.
Desde ese año 2007 anterior a la Crisis, hemos vuelto a aumentar en España la producción de bebidas espirituosas hasta los 320 millones de litros. Aunque solo unos 200 millones se quedan en España, pues el resto se exportan. Eso supone la barbaridad de 4 litros (5 botellas) al año por cada español, incluidos de media los niños.