26.5.10

Vuelven las Ferias del Libro

Leemos poco, compramos algo más pero para regalar y no leer, escribimos muy poco y vamos a las ferias del libro en busca del libro anunciado cuando los libros son para los lectores, y cada uno tenemos gustos tan personales que pocas veces lo que se anuncia es lo que desearíamos leer.
Al menos regalar libros sirve para tocarlos, para poseerlos, para disfrutar con su apertura e incluso su olor. Si además se leen, miel sobre hojuelas.

19.5.10

La literatura personal (un simple diario) es lo mejor que se ha inventado para defenderse

La literatura, incluso llevar un simple y sencillo diario personal, puede ser lo mejor que se ha inventado para defenderse contra el mal cuerpo, el pensamiento dolido, las ganas decaídas. Si tienen necesidad de vaciar tu mente, de quedarte nuevo para seguir conquistando tu propia vida, la literatura personal es un gran remedio.

No se trata de escribir maravillosamente. Se trata de reflejar en un papel, ideas, dolores, miedos, temores, fantasmas. Y luego releerlos, guardarlos para mejores ocasiones. O incluso quemarlos cuando ya todo se ve desde otro color.

Todos necesitamos expresarnos y no siempre es sencillo encontrar a una persona que sepa escuchar y además nos ayude a ver la vida desde otra óptica. Por eso la escritura ayuda a vaciarnos. Nosotros nos escuchamos a nosotros.

Llevar un diario personal es una terapia maravillosa para la depresión leve, para las angustias, para las vidas complejas y duras. Sirve en el mismo momento de la escritura y también ayuda cuando leemos lo escrito.

Un diario personal debe ser en casi todos los casos un diario secreto. Al menos en los tiempos en los que está vivo, se escribe todos los días en él. Con el tiempo, con los cambios de visión, podemos decidir si ese diario personal lo hacemos público o no. Si quemamos el diario personal o si lo guardamos.

Un diario personal es barato, es sencillo, es terapéutico.  Llevar un diario personal es muy válido para llevar mejor las vidas que se nos complica.

12.5.10

Atlético de Madrid, campeón de ilusiones y sueños.

Vivimos de alegrías, de golpes de suerte pequeña, de ligeros brillos que nos inundan, de ilusiones fáciles. Hoy el Atlético de Madrid ha ganado no sé bien qué Copa de Europa. Es una forma de compensar la mala mañana con un Zapatero vendiendo derechas. No es lo mismo, lo sé, pero algunos pequeños vicios deben compensar las duras realidades del día a día. Sin estas, las sociedades quedan heridas de dolores. Por ellos, por los pobres del fútbol grande español. Por Madrid que es sin duda, mi paraíso escondido.

9.5.10

La muerte iguala a los diferentes. Pero no todas las muertes son iguales.

Hoy se me ha muerto otro amigo más. Da igual el cómo o el quien; cuando se acude al tanatorio ves que todos somos iguales, que todo es allí igual, que repetimos las mismas boberías mientras las visitas obligadas se dividen en grupos. Cuento personas y salgo perdiendo siempre. Observo mucha gente de pésame y me entra envidia de mis pésames que yo no veré. Me da igual la muerte, porque me da igual que no me de igual. La muerte no lo iguala todo, pero convierte a todo en un igual. Aunque algunos tienen más iguales que otros.
Hace calor, tanto que pienso por un momento en el muerto. Se estará descomponiendo más rápido, me digo, y aunque sé que en su habitáculo están refrigerados, me convenzo de que no es así, porque el calor es igual para todos. No puedo admitir que el muerto no sea igual al resto, por mucho que sea el protagonista.
Está abierta la caja, la familia lo dice para avisar y nadie quiere acercarse a verlo. No entiendo bien cual es la decisión más inútil. Si se cierra no se ve, y si no se ve no está. Pero si se deja abierta no se mira y si no se mira es como si no estuviera. No sé que pensaría el muerto al respecto. Yo no quiero ser visto una vez muerto. Es un asunto muy personal que sólo quiero conocer yo. Frente a la gran cristalera hablaban del desempleo y del fútbol, de lo alta que está la nieta y de un abrigo que molesta. El muerto no dice nada. Los demás no miran el cristal. Como si no estuviera nadie detrás. Efectivamente, ya no hay nadie detrás.

6.5.10

Diferentes maneras de observar y convivir en la sociedad actual

No son tiempos de culturas, de poner en valor las artes, de dedicar tiempo colectivo a la cultivación del pensamiento, al cuidado del interior. Aunque la verdad sea dicha, creo que nunca es momento para crecer interiormente de forma colectiva. Siempre el mundo y con él su sociedad ha valorado muy poco todo intento por crecer en conocimiento, por disfrutar de las artes, por ser más felices por el interior y no por el exterior.
Así que tal vez estos tiempos no sean peores que otros. También es cierto que las personas que quieren elegir las miradas más interiores, suelen pasar de las circunstancias exteriores que golpean la sociedad, tal y como hacer las contrarias con los que intentan cultivarse y contemplar la valioso sin precio. Estamos llamados a no entendernos. Gracias a estos desencuentros, logramos que subsistan las dos formas de entender la convivencia y la sociedad. Los que buscan algo más (o mucho más) que sobrevivir y los que creen que para vivir antes hay que llenarse por dentro de pensamientos e ideas.
Que cada persona sea libre para elegir su forma de mirar el mundo, de vivir su vida.