28.2.10

Libreta de notas. Imprescindible en todos los escritores.

Si le gusta escribir, si quiere tener una herramienta muy sencilla, barata e imprescindible para escribir, que le ayudará a no quedarse en blanco, tenga siempre en el bolsillo una libreta de notas.
Apunte todo lo que le interese. Frases que escucha, nombre de personas que le servirán para personajes, noticias curiosas, páginas web, direcciones, escenas, detalles, textos de otros lugares, descripción de personas con las que se cruza o a las que observa en un bar o en el metro.
Libreta de notas. Imprescindible en todos los escritores. No tiene por qué ser caras, pero eso si, téngalas numeradas y bien conservadas. Nunca sabrá cuando le serán útiles.

Aprender a vivir jubilado o jubilada

Interesante artículo de El País sobre la psicología de la jubilación. Consultar completo aquí.

La palabra jubilación está emparentada con júbilo, o sea, alegría. Se supone que, más allá de un acto meramente administrativo, el cese laboral es la culminación de una etapa de compromiso social, para pasar a otra descargada de expectativas y obligaciones. Es como pasar de lo duro a lo suave. Es vivir el júbilo de levantarse por la mañana y disponer de todo el día por delante. El júbilo de hacer lo que a uno le venga en gana. La alegría de encontrarse de nuevo con uno mismo y por fin dedicarse sólo a ser.
En cambio, la jubilación parece que en lo material sólo sean pagas y en lo psicológico algo así como la inutilidad del ser o, en su mejor versión, la vida ociosa bien merecida. Jubilarse, sea cuando sea, es como una rendición, un apearse en medio del trayecto, un ¿y ahora qué? Es la cara dura del jubileo, la triste sensación de que a uno le echan del sistema, sin importar su opinión, su disponibilidad o su momento vital y profesional. Claro que todo va a depender, más allá de lo que diga una norma administrativa, de cómo se ha resuelto personalmente la relación entre el ser y el tiempo.
 Occidente se ha especializado en la capacidad de transformar el mundo, mientras que en Oriente ha predominado la contemplación, la aceptación de la vida como es. Aunque vamos camino del acercamiento, hay que reconocer que por nuestras lides impera el sentido de la acción, del hacer. Uno es, sobre todo, lo que hace. Bajo este paradigma, la jubilación es una intromisión o un permiso para dejar de hacer. Entonces, si no hacemos, ¿qué somos? ¿Quiénes somos?
La identidad de una persona ha tenido diversos referentes a lo largo de la historia. Antiguamente se relacionaba la identidad con el lugar de nacimiento (Tales de Mileto, Jesús de Nazaret…). Después, según el oficio: el herrero, el mercader, el carpintero. Más tarde se definió por la estirpe patriarcal. Erickson como hijo de Erick. Fernández como hijo de Fernando. Aún hoy, para muchas personas, su identidad está vinculada a la organización social, al papel que desempeñan y a la relevancia de la empresa o institución a la que pertenecen. La jubilación significa quitarles la privilegiada etiqueta. A partir de ahí, ni son ni representan. De ahí deviene la primera crisis: aprender a ser uno mismo, sin lo de fuera.
Una de las mayores expectativas que acarreamos es la de “ser alguien en la vida”, lo que significa trabajar duro y alcanzar una buena posición laboral y social. Nos damos cuenta pronto de que una cosa son las actividades que nos gustan y otra trabajar. Queda separada la relación entre actividad y trabajo, siendo la primera una mera distracción para los ratos de ocio. Sólo unos pocos afortunados parecen tocados por la vara vocacional, pudiendo trabajar disfrutando. El resto se pasan el día echando cuentas y planificando a años vista. Se olvidan que el tiempo se vive, no se cuenta.

SOMOS ACTIVOS, NO TRABAJADORES
Si logramos quitarnos la etiqueta de trabajadores, podemos observar al ser humano fundamentalmente como energía, inteligencia y amor. Somos seres activos, creativos y relacionales. Eso es lo que necesitamos para realizarnos en esta vida. Y eso no tiene edad. La jubilación entonces se limita a un cambio en el tipo de actividad, su frecuencia o su organización. Nada más. Seguimos activos, creativos y amantes. Sólo faltaría que eso también lo regulara el Estado.
Para una gran mayoría de personas, la jubilación va a representar un cambio difícil, porque no entienden otra actividad que no sea trabajar. Esa creencia limita la oportunidad a nuevas iniciativas e incluso profundizar en aquellas para las que siempre ha faltado tiempo. A menudo se les dice a los jubilados: “Ahora podrá hacer todo aquello que no pudo hacer en su momento”. No es cierto. Cada momento tiene sus intenciones. No es lo mismo estudiar una carrera para ejercerla posteriormente, que estudiarla sólo por el placer de saber. Ahora es ahora. Y ahora cabe recoger lo que se ha cosechado, sabiduría de vida, para vivir en lo aprendido.

27.2.10

javier Marías responde en una entrevista

Es una entrevista en La Vanguardia, Javier Marías os ofrece respuestas a veces muy claras y contundentes sobre los problemas actuales. La sociedad, su cambio, sus motivaciones, la obra del escritor, sus dudas.

¿Qué días son los que menos se utilizar internet?


Los sábados son el día de la semana en que menos "clientes" tiene internet, con diferencia. 

Los viernes y domingos le siguen con menos personas navegando, aunque con un cierto repunte. 

Los mejores dias suelen ser los lunes y los miércoles, aunque algunos jueves y viernes para blog temáticos sobre todo, suelen ser días de un alto número de visitas.

Si estás navegando en sábado, recuerda que es un buen día para tener velocidad, un mal día para esperar novedades en las páginas.


24.2.10

Taller de escritura 15. Relato con final preescrito

Este es un relato típico de Taller de Escritura. El profesor te entrega un final y debes construir un relato, para que se adapte a este final preescrito. 

¿Te atreves a escribir TU relato corto empleando el mismo final?

En rojo, el final entregado por el profesor.

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Mi padre estaba fajado en el hambre que da la guerra y cuando nos contaba aquellos duros años, siempre omitía detalles que le venían del recuerdo pero que no deseaba entregarnos. Se le notaba pues se quedaba un instante callado y se le encendías los ojos con el brillo de la lágrima. Otras veces disfrazaba la verdad para no recordar lo malo.

Aprovechábamos las noches de verano en la bodega, cuando tras la cena nos quedábamos a media luz, admirando el cielo blanco que sólo se ve en mi pueblo. Hablaba sin parar como el que sabe que se le acaban las memorias, sin cejar en su empeño de que todo aquello no se perdiera en el olvido.
Aquella noche nos habló de una loma en medio de Guadalajara, limpia de árboles y llena de miedos. Nos contó como solo él sabía, que a su espalda tenían una hermosa arboleda de altos cedros con un estanque al que defendían como lo más importante de sus vidas, pues representaba un escondite perfecto para preservar al pueblo de una invasión.

Él se encontraba por delante, para ser el primero en avisar o si fuera necesario en morir; para que todos los demás estuvieran atentos en defender el soto. Y nos explicaba con orgullo responsable que estaba acompañado de un periodista de guerra venido de un país extranjero con el que no hablaba más que en gestos y que tomaba notas incluso de la textura de las piedras en una leve libreta.

Era la suerte de un turno. Nunca sabía nadie cuando podrían morir o vivir. Dependían del turno de guardia.

Le tocó un cambio en el amanecer, cuando el frío cala y la luz empieza. Cuando no apetece nada que no sea dormitar, sobre todo si se tiene el estómago helado. Vio sombras que se movían y sospecharon lo peor. Abrió más los ojos antes de avisar y por un instante pensó que eran todavía sueños, que a él no le tocaría nunca morir. Pero tras una sospecha vino otra y luego algo de ruido y tras ello la confirmación de que estaban empezando el ataque.

Nos dijo luego que se puso la escopeta a la altura de los ojos y empezó a disparar a las sombras, para que se enteraran sus compañeros de que empezaba la batalla, y que su compañero de trinchera se alejó unos metros hacia atrás, dice que para hacer fotos con más perspectiva.

Pero mi hija pequeña que es muy dada a poner color con sus preguntas, le dijo a su abuelo; ¿y mataste a alguien?, y entonces describió que aquel soto de cedros con un estanque, no existía. Ni el pueblo, ni el conflicto armado y lo que era más grave: el corresponsal que firmaba la crónica, era en realidad un aprendiz de ebanista de 15 años, que soñaba.

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La otra opción es que tú mismo escribas un final cualquiera de tres líneas, aleatorio y a tu albedrío, y a partir de ese final, construyas el relato.

23.2.10

Cartel y poema. El abrazo como solución ante la tristeza.

Me ha parecido tan bueno, tan sencillo, que este envío que he recibido hoy entre esos email que llegan de los amigos y que a veces te llenan los buzones, que he decidido que no se podía ir a la basura como otros.
Os lo dejo como un pequeño homenaje al abrazo, al contacto físico.
Creo que está mejor la imagen del abrazo que el poema de Neruda, que ya es elegir. Una simple imagen excelentemente bien elegida.
Queda prohibido no ser feliz.

22.2.10

Truco para escribir cuentos y relatos, cuando nos quedamos atascados

Muchas veces tenemos una bien idea, una imagen de inicio que nos hace empezar un relato. Pero al poco de empezar a desarrollarla nos quedamos atascados.
Seguimos teniendo una buena idea, pero no conseguimos hacerla avanzar sobre el papel.
Tenemos para resolver este problema un pequeño truco, para estos casos de congelación literaria en donde nada parece salir bien.
Escribimos el principio; hasta donde podamos desarrollar la historia.
Escribimos después el final, terminamos la película, el relato, el cuento, girando la historia, dándole a ese final unos toques parecidos a su comienzo, para que se engarcen.
A partir de aquí nos falta lo más sencillo, rellenar el hueco que queda en medio. Hacer que encajen las piezas, que todo tenga sentido. 
Caminar desde la salida hasta el faro que nos espera con su luz.

21.2.10

Para aprender a escribir, hay que leer

Para aprender a escribir bien, hay que aprender a leer bien. A ser críticos con las obras, a descubrir cómo se han escrito, cómo es el narrador, si se habla en futuro, en presente, desde priemra persona, desde tercera. si se cambia de narrador, si se ambiantan bien las escenas, si se juega con las descripciones, si los personajes describen o actuan.
Leer de forma crítica ayuda a encontrar los engranajes de la obra y a emplearlos en tus obras.
Cada uno somos únicos en la forma de describir historias, de contarlas. Copiar los estilos es aprender.

17.2.10

Mis últimas líneas (para un ejercicio literario)

Os dejo la propuesta que hago yo, al ejercicio literario de la entrada anterior. Un texto que voy a presentar a la clase de hoy, miércoles.

Sois unos cabrones. Todos.
¡¡No quiero morirme!!
No encuentro salidas, estoy encerrado en esta mierda, no van los teléfonos, este papel se quemará antes de que nadie la lea, ¿qué hago yo aquí escribiendo?…, voy a ponerme debajo de la mesa…, no, será peor, las ventanas no se abren…, leí que era peor si entra aire en un incendio…, algo del efecto chimenea, ¡tranquilo!.
He estropeado mi vida, disimulando para sobrevivir entre vosotros, y ahora no voy a tener tiempo para deciros lo que pienso. Odio el calor del verano y solo de pensar que me voy a achicharrar entre los ordenadores, tiemblo.
¡¡Deja de escribir, coño!!, piensa, ¡piensa!.
No tengo que morir. Yo no. Debo deciros que os odio, que siempre os odié. Tal vez con la mesa pueda romper las ventanas. No debo. Escucho a los bomberos. El suelo quema. No van a llegar. Debo estar tranquilo. ¿Y…?, no, no llegan, seguro.
Hay que respirar, si, hacer ejercicios de…, toallas en las rendijas, el fuego no mata, es el humo el que mata, tengo la camisa y me puedo mear…, no puedo. ¿Observas que no me está entrando humo?, igual yo no me muero de esta. En todos los incendios hay milagros.
No, no sois tan cabrones, si acaso algo id…

16.2.10

Ejercicio de estilo literario. Las últimas palabras antes de morir.

Un ejercicio sencillo pero muy intenso.
Imagínate que estás encerrado en un edificio en llamas, en un barco que se hunde. Te quedan pocos minutos de vida, no tienes salida. Y decides escribir una nota, una carta, un grito, un mensaje.
Tiene que ser intenso, es el último párrafo de tu vida, el adios o el hasta luego.
Tus últimas palabras.
Inténtalo desde diferentes ópticas, con distintos personajes y vivencias.

11.2.10

9.2.10

Cigüeña de Aragón, por San Blas

Me la encontré el otro día por Nuez de Ebro y me pilló con el tele de 400 mm. Le hice una serie maravillosa, la verdad. Supe enseguida que la había pillado bien, que la luz y la distancia era buenas y que en casa disfrutaría coj su presencia.
Os la dejo para compartir, pues una cigüeña de San Blas no se da todos los días.
Por mis tierras se dice que; "Por San Blas, la cigüeña verás", para añadir después… "y si no la vieres, año de nieves"
Lo importante es volar y volver a tus orígenes, volver sabiendo más y compartir. 
La belleza de volar no sirve de casi nada si no lo puedes contar.

4.2.10

Taller de escritura 14. Ejercicio de personajes

Escribe en una hoja unas 20 características de tu personalidad o una lista de tus detalles físicos.

A partir de estos datos, crea un personaje ficticio cambiando por ejemplo la edad, el género. El resto de elementos mantenlos.

Coloca a este nuevo personaje en un relato violento. Como protagonista, como víctima o como testigo. O incluso como narrador único que participa en la acción.

Has creado a partir de unos rasgos casi propios, una situación, una serie de escenas que te son ajenas. Es como un autorretrato pero con mentiras y colocado en una situación violenta que posiblemente nunca tendrás.

Es una manera de aprender a dominar personajes con rasgos ya definidos, y ante situaciones complicadas. 

Aprender a dominar a los personajes evita que sean ellos en el transcurso del relato, se logran apoderar del escritor.

1.2.10

Dos escritores que "vuelan"

En pocos días se nos ha ido el escritor americano J. D. Salinger y hoy el argentino Tomás Eloy Martínez.
Con cierta frecuencia estraña sucede que tras el fallecimiento de alguien importante en una materia, otra persona coetánea y de singulares parecidos laborales abandona tembién este mundo. Cosas de la casualidad o del misterio.

De Salinger hay que destacar su silencio, y su cambio de vida tras el éxito. Dejo una frase del protagonista de "El guardián entre el centeno" como botón de muestra.
"Me gustaría encontrar una cabaña en algún sitio y con el dinero que gane instalarme allí el resto de mi vida, lejos de cualquier conversación estúpida con la gente".

Del argentino, un narrador imparable, dejo una frase que sirve para todos los que escribimos aunque se aun poco.
"El periodismo es, ante todo, un acto de servicio. Ser periodista significa ponerse en el lugar del otro, comprender lo otro. Y, a veces, también ser otro"