17.7.25

El microrrelato español más típico. Taller de escritura 3


Cuando hablamos de microrrelato, hablamos de un cuento corto, muy corto, de unas pocas líneas o incluso de una frase. 

Hablamos o escribimos de una imagen literaria en donde solo hay diálogo o un pensamiento del narrador, que explica un golpe de luz con una pocas líneas.

Algunos microrrelatos son fabulosos, muy bien elegidos, pero otro día hablaremos del microrrelato en general.

Hoy voy a dar una sencilla pista para entenderlo.

En castellano, en España, tenemos una predisposición hacia el microrrelato breve de humor, al que todos llamamos "chiste o viñeta" y que es fabulosa como ejercicio de humor casi ancenstral. 

Sin duda un chiste es un microrrelato y a través de él, podemos entender mejor qué es esta figura literaria. Aunque un relato micro sea muchas más cosas que un chiste, pues la mayoría de ellos no son de humor precisamente.

Un golpe, una frase, una historia corta a lo sumo.

Si analizan un chiste veremos que en muchos de ellos se dan todos los ingredientes de un relato escrito, por mucho que sean trasmitidos de voz a voz y de que muchos de ellos aguanten mal su traslado al papel, sobre todo porque se acompañan de diálogo gestual.

Tienen un pequeño desarrollo que va creciendo, un narrador que explica y que según las personas varía mucho en su forma…, y sobre todo un final explosivo y tajante que es el alma del cuento, del relato corto más típicamente español.

Tenemos ejemplos de relatos muy cortos que son autenticas escuelas. Un haiku es un relato muy corto, medido y tasado exquisitamente, que aunque sea poesía sigue siendo un relato.

El microrrelato más conocido es sin duda el del escritor hondureño Augusto Monterroso que os dejo más abajo y que se titula "El dinosaurio".

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Es el ejemplo más sencillo de convertir una historia en algo diminuto, pero que a la vez nos dice todo.


Ya se reciclan libros sin leerse


Compramos más libros de los que somos capaces de leer. Son como esos deseos que se nos amontonan físicamente, y que nos duele no tener tiempo para dedicarles con cariño una atención mayor que la de ser adquiridos.

Dejé de aumentar mi biblioteca digital por incapacidad. Y curiosamente ahora voy logrando algunos ejemplares digitales de libros que tengo en papel. La duda se duplica. ¿Cuál de los dos leo?

Son diferentes manera de leer, de meterse en las historias y en los autores. Hay autores que solo lee en papel, por ejemplo Millás. Bueno, no, que me miento a mi mismo, sus artículos de periódico los leo en digital.

A mi alrededor tengo unos 2.000 libros, de los que habré terminado menos de 200. Una barbaridad lo que me queda. pero es cierto que casi todos ellos han pasado por mi mesa para sonsacarles datos, para revisar alguna nota o capítulo. algo es algo, aunque sea poco.

Tengo libros tan extensos en sus conocimientos, que me asustan, me abruman. Son tratados que no sé por donde meterles mano, aunque el tema me apasiona. Debe ser que todavía no estoy preparado para leerlos. Pero tampoco me queda mucho tiempo para ello.

Nunca ha sido tan sencillo y barato conseguir buenos libros en papel y e segunda mano. En cuanto se muere el abuelo se regalan o se tiran. Y en muchos casos nadie los quiere. hay que ir buscando amistades lejanas, como sucede con las camadas de los perros o gatos.