28.4.11

Sobre historias y deseos de ser dioses

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Escribir es a veces inventarse vidas, 
crear personajes para que se muevan por uno mismo, 
imaginar historias imposibles 
que uno no se atrevería nunca a vivir.

Escribir es sentirse un pequeño dios, 
por dar vida con las letras que se imagina 
a seres que realmente los forma 
quien lee dentro de su propia vida. 

Sin los lectores, 
sin los cómplices necesarios, 
las historias escritas 
no están nunca terminadas.

27.4.11

“Sobre política, mercado y convivencia” anticipa en 2005 lo que iba a suceder a partir de 2008

José Luis Sampedro es un hombre complicado de posicionar en cualquier explicación que intente señalar sus pensamientos. Sería un humanista del siglo XX y XXI, pero incluso así, se quedarían parte de sus cualidades sin poderlas poner en valor.
Estoy leyendo un libro recopilatorio de unos encuentros que José Luis Sampedro tuvo con Carlos Taibo, escritor y profesor de Ciencia Política, que tuvieron lugar a finales de 2005. Recogidos estos encuentros por Olga Lucas, esposa de José Luis Sampedro, y que nos enseña para quien todavía no conozca mucho a ambos contertulios o incide directamente sobre sus pensamientos conocidos, la forma de pensar de ambos profesores, separados por 40 años de edad, pero con visiones muy parecidas que no iguales sobre el momento actual de la sociedad mundial.
Hace cinco años que está escrito el libro pero que parece que no son nada pues además anticipan sin darse cuenta de ello, los acontecimientos que hoy en 2011, estamos viviendo en el Mediterráneo sur o la crisis económica y sistémica que sobrevino en el mundo occidental a partir de 2007.
Es lo que tienen las mentes claras que no tienen más poder que la palabra. Que muchas veces no se las escucha, lo que no quiere decir que no digan y avisen de los problemas que se avecinan, que se notan y ven si simplemente se sabe observar a la sociedad. Los problemas se detectan a tiempo, pero los que tienen que tomar las decisiones no hacen caso a los que les llevan la contraria, a los que les intentan restar beneficios. Todo es mercado, todo son favores personales como productores o como consumidores y es muy complicado lograr que los que organizan y mandan dejen de intentar ganar más y más, porque osen algunos humanistas (o seres más humanos) de todo el mundo, avisar de los peligros.
Es este libro “Sobre política, mercado y convivencia”, un resumen de unas reuniones entre dos sabios, de no muchas páginas pero denso y completo.
Que nadie diga sin leerlo, que no se veían venir los problemas. Si acaso que no se querían tomar las medidas necesarias, para no bajar sus expectativas de hacerse algunos más ricos todavía.

24.4.11

Página de internet para revisar nuestros conocimientos sobre ortografía

Es posible que tenga dudas con algunas reglas de ortografía a la hora de escribir. Debemos intentar no cometer faltas de ortografía pero no siempre sabemos todas las reglas ortográficas o tenemos dudas al respeto.
Hay una página maravillosa para resolvernos estas dudas, sencilla y muy visitada (reglasdeortografia.com) para que revisen incluso o aprendan aquellos asuntos que tal vez ni conocía. Debemos entre todos hacer un pequeños esfuerzo adicional para mejorar la escritura, sabiendo que internet es una herramienta maravillosa para aprender pero también para olvidarnos de lo aprendido si entre todos no intentamos hacerlo lo mejor que podamos.

23.4.11

Memorias de un beduino. De José Antonio Labordeta y su otro yo.



Como es el Día del Libro, recomiendo uno de mi biblioteca personal, para ratos en los que se desea aprender riéndose un poco.

“Memorias de un beduino” (aragonés) es la historia contada por José Antonio Labordeta, en sus años de Diputado en el Congreso de los Diputados español en representación de Chunta Aragonesista (CHA), relatada en tono claro, para que no nos quede duda de lo duro que resulta ser un político minoritario en un panel de muchos congresistas que se apegan a los grupos mayoritarios, sin dejar espacio para los demás.

Si desea conocer las tripas del Congreso o de la democracia española en los años de José María Aznar, es un buen libro para reírse y sufrir, para cabrearse y aprender, para pasarlo bien y para preguntarse muchas más cosas que para responderlas.

José Antonio Labordeta sabe trasmitir, para eso fue profesor, y hace en un doble juego entre él como político y él como beduino, un ejercicio que resulta esclarecedor y entrañable. Una buena versión de la vida política en las mayorías absolutas.

22.4.11

Una obra de arte es aquella que deseamos que sea una obra de arte

Cuando vemos una obra de Arte abstracta o surrealista ( o de muchas otras asignaturas artísticas) nos preguntamos, ¿qué es el Arte; a qué debemos considerar Arte?, sin sabernos responder bien a una pregunta que nos parece casi imposible, pues la pregunta que nos hacemos —en realidad—, enseguida lo aclara todo. Si nos estamos preguntando si aquello es Arte o no, la respuesta es: que para nosotros NO es Arte.
Realmente el Arte es aquello que queremos que sea Arte. Somos todos nosotros los que convertimos en Arte lo que creemos que es Arte. La respuesta es tan ambigua y sencilla que parece imposible, pero realmente no habría otra respuesta mejor. Si que sabemos lo que NO es Arte. No lo es, lo que no es creación, lo que es copia de una obra de Arte que se convierte en artesanía (¿o si y a veces también es arte?), lo que no produce sentimientos sean del tipo que sean.
Es más fácil saber, qué NO es Arte, que asegurar lo contrario; sobre todo porque algunas obras de Arte actuales serán consideradas fuera de los cánones del Arte en el futuro, aunque esto nos importa poco, pues el Arte también tienen derecho a ser efímero, a durar poco en el tiempo.

El autor de esta obra de Arte que os dejo arriba como pequeño ejemplo (de René Magritte), nos avisa en su cuadro con el texto que nos pone debajo, que esto que nos muestra en el cuadro no es una pipa de fumar.
Y es cierto.
Por mucho que miremos la imagen y observemos bien lo que nos parece una pipa de fumar, en realidad estamos viendo un cuadro, una obra de Arte. Juega con nosotros como en muchas de sus obras, pero tiene razón. A veces buscamos en un cuadro, en una obra de Arte, algo que ya conocemos para reconocerlo plasmado en él. Cuando en realidad, el artista simplemente ha intentado plantear dudas, conceptos, formas, colores, sonidos incluso.
Una obra de Arte es simplemente eso, una obra de Arte.

21.4.11

Los personajes necesitan del autor. El autor necesita de la vida de los personajes

Tengo a un asesino más de una semana pendiente de matar, y eso no está bien, pues se me puede cabrear y lo que podría ser peor, olvidar de sus objetivos beneficiosos para mi novela.
Lo malo de parar una novela es que a veces se te va olvidando la trama y hay que volver a releer lo escrito para no cometer muchos errores. Los personajes van cobrando vida y no les sienta nada bien quedar unas semanas en el congelador esperando a que te venga bien seguir dándoles vida. Así que me he propuesto seguir con mi novela de San Nicolás y los muertos que además de robar cometían algo peor, no tenían ni puñetera idea de lo que estaban haciendo. A veces asesinar o robar no es lo peor de una historia, muchas veces lo que se esconde dentro de las intenciones es peor que los hechos tontos que se nos enseñan en las primeras lecturas.
Tudi que es el personaje que busca culpables con la intención de ganar unos dineros descubriendo tesoros, es en realidad un hombre que disfruta desenredando madejas viejas. Y como goza del mal ajeno y de sus entrañas, no debemos dejarlo en el olvido y por ello continuar su caminar. Sin el escritor, los personajes no son nada. Sin los personajes, el escritor tampoco es nada.

20.4.11

El poder del libro en papel contra el del libro electrónico

Veía esta semana la excelente exposición “Alejandro Magno. Encuentro con Occidente” en el Canal Isabel II de Madrid, y entre los numerosos objetos que se muestran hay una serie de cerámicas de arcilla con textos en relieve que enseñan manuales de muy diversas procedencias, incluso una tabla de multiplicar para escolares, y todas con más de 2.000 años de antigüedad.
La sensación al ver aquellos pequeños textos, con muy diminutas letras en relieve —creo que en hebreo aunque ahora no lo puedo asegurar—, era la de reconocer el poder de las palabras, de los textos, en su capacidad para aumentar la cultura de los pueblos.

Pero otra sensación es: la capacidad y sensación de que los libros físicos en papel no pueden morir, pues la sensación de disponer, de “tener”, de poseer un libro, es superior incluso al poder que contiene en sus entrañas. Un libro está creado para ser poseído por su dueño como un objeto de que al contener cultura y poder, está hecho para ser un objeto de valor. Puede parecer que un libro electrónico es parecido, pero el hecho de no poderse tocar y poseer con la misma sensación, le resta un poder que sí tiene el libro en papel.
Poseer muchos libros electrónicos sin ocupar espacio y estar perdidos entre un mar de documentos, por muhco que uedan estar ordenados, les resta valor. 
Uno puede disponer miles de ejemplares diferentes de libros electrónicos, pero no se garantiza que puedan subsistir diez años, veinte años, pues cambian los formatos con mucha más rapidez que en cualquier otro soporte y convertirse por ello en archivos incapaces de servir para ser leídos.

19.4.11

Consejos para cuando las prisan nos manden y nos ordenan actuar

Cuando las prisas aprietan, los tiempos se vuelven más lentos o más rápidos según lo que esperamos de ellos.
Los nervios, esos enemigos de la lógica, nos convierten en incapaces, hasta no ser posible controlar los pensamientos agotando la capacidad de respuesta. 
Nos volvemos más tontos.
Así, que si nos recorren las prisas por dentro, nada mejor que respirar profundamente, tranquilizarnos y pensar con calma. 
Solo así podremos salir de aquello.

15.4.11

CArlos o Chacal, de Olivier Assayas

No tiene ningún sentido lógico ni de respeto al trabajo artístico, que una obra, una película en este caso, que el director concibió y dirigió y montó para cinco horas y media, se presente en las pantallas de cine con un montaje inferior a las tres horas, suprimiendo y cortando, remontando lo que es una historia larga, para adaptarla a lo que es más lógico en unas pantallas de cine comercial.
Carlos, la historia del terrorista más buscado en la década de los 80, la película que se presentó en el último Festival de Cannes, sigue siendo una película atractiva, pero ha perdido gran parte del sentido histórico, que le imprimió el director, en aras de hacerla más comercial. No es muy entendible que se hubieran buscado otras alternativas. Desde presentarla para las salas comerciales en dos películas como quien hace dos tomos diferentes y con unas semanas de desfase entre una y otra; o bien haber presentado las dos opciones, la corta de 165 minutos y la larga de 330 minutos, para que los espectadores pudieran elegir.
Olivier Assayas ha dirigido con éxito un intento muy interesante de hacer una gran obra que nos enseña una gran recopilación de la vida terrorista de Ilich Ramírez Sánchez “Carlos” o “Chacal”.

13.4.11

Rosa Montero enseña a escribir en un taller de escritura

La escritora Rosa Montero se ha sometido a una interesante cadena de preguntas por lectores de El País, dentro de una escuela o taller de escritores. Os dejo a continuación gran parte de sus palabras, para conservar y leer, por aquellos que empezamos a escribir y deseamos saber lo que opinan otros escritores consagrados de nuestros intentos.


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Para desarrollar a los personajes tienes que meterte dentro de ellos y, sobre todo, abandonar tu yo. Eso es lo más difícil: borrarte interiormente para dejar que los personajes te "cuenten" la novela.

 El escritor novato usa los personajes como marionetas para que hablen por él. O sea, el escritor novato siempre habla de si mismo aunque hable de los demás, mientras que el escritor maduro habla de los demás aunque hable de sí mismo (gran frase, no es mía).

 Métete mentalmente en los personajes; dótalos de rasgos primeros que tengan poco que ver contigo y entonces imagina cómo se comportaría ese personaje en todas las situaciones de su vida. Fíjate en alguien que te llame la atención por la calle por algo e intenta imaginar cómo se ve la vida viviendo dentro de ese alguien.

 ¡Nunca sabes si lo que estas escribiendo es bueno o es una imbecilidad! Es decir, a ratos tienes…,
una intuición aproximada, sientes que sí, que te has emocionado escribiendo más que en otras ocasiones, por ejemplo.... pero luego vuelven las dudas.

 El problema es que no hay una regla objetiva que permita definir qué es un buen libro o incluso un buen escrito* y qué no lo es.

 La historia nos demuestra que haber tenido éxito o no, buenas críticas o no, lectores o no…, no indican nada respecto a la calidad que luego se le supone. Esa falta de certidumbre es agotadora. De ahí la fragilidad de los escritores, nuestra naturaleza menesterosa, siempre necesitados de que nos digan que lo que hacemos está bien. En cualquier caso, es bueno dar el borrador a más de un lector para que te critiquen.

 Cada cual tiene su método para comenzar un libro, pero en realidad se empieza en la cabeza. Las novelas nacen de algo muy pequeño, yo lo llamo el huevecillo.... Una pequeña idea, una imagen, una situación que luego vas desarrollando poco a poco. Yo hago ese desarrollo en cuadernitos, yo tomo nota de la idea primera y luego la voy desarrollando en cuadernitos, hasta que tengo la idea completa y entonces me siento al ordenador. Pero otra gente no lo hace así, sino que escribe primero un borrador sucio y va desarrollando la idea sobre la marcha, digamos.

 En cualquier caso siempre se "comienza" dentro de la cabeza.... desarrollando un pequeño germen, una idea, una imagen, algo que has visto. Y al finalizar ese año o año y pico de notas, la historia ya ha crecido totalmente, se ha desarrollado lenta y con aparente autonomía, muy organizadamente, como una plantita. Y para entonces ya sé que va a tener, por ejemplo, 40 capítulos, y lo que va a pasar en cada uno. Entonces, cuando ya lo sé todo y tengo hechos cuadros y mapas y fichas de la novela, me siento al ordenador y comienzo la escritura propiamente dicha. Pero resulta que en el par de años que tardo en redactarla la historia vuelve a cambiar muchísimo. Y en vez de cuarenta capítulos acaba con 56, un personaje que tenía que durar hasta el final se muere a la mitad, ja ja ja.… pasa de todo.

 Una novela es una criatura viva y cambia todo el rato. El germen primero siempre es algo minúsculo, yo lo llamo el huevecillo, y puede ser cualquier cosa. Una idea, un rostro que has visto por la calle y que por alguna razón te ha llamado la atención. Una anécdota, una situación. Incluso una frase.

 Una de mis novelas, "Bella y Oscura", nació de una frase que de pronto se encendió dentro de mi cabeza y que era ésta: "Hay un momento en que todo viaje se convierte en una pesadilla". Esa frase me obsesionó y turbó y se convirtió en una novela.

 Todos los libros son buenos (para aprender a escribir), en el sentido de que para escribir hay que leer muchísimo, y se aprende de los libros buenos pero también a veces de los malos, viendo cómo no hacerlo.

 Pero os diré tres obras: “La verdad de las Mentiras”, de Vargas Llosa, y otro que, otro libro que se llama prácticamente igual, “Verdades y mentiras de la literatura”, y que es de Stephen Vicinzey. También “Seis propuestas para el próximo milenio”, de Calvino.

 Uno debe empezar por donde necesite empezar.

 Siempre digo que escribes porque necesitas hacerlo, y además debes escribir aquel texto que necesites hacer. Y esto funciona también con el tamaño... Hay escritores de tiempo corto y otros de tiempo largo, escritores magníficos que solo escriben cuentos, como Borges, y otros que solo escriben novela.

 Tú haz aquello que creas que tienes que hacer. Lo que se te imponga.

 En cuanto a escribir, hay que intentar hacerlo con ligereza... es como patinar; cuando no sabes, vas agarrotada por el miedo y te caes.... Para patinar bien, hay que soltarse y perder miedo. En la escritura lo mismo: intenta soltarte, volar imaginariamente, perder el miedo a hacerlo mal. Y, al mismo tiempo, hay que ser auto crítica, e intentar mejorar.

 Lleva contigo un cuaderno y toma nota de las cosas que veas que te emocionen y te llamen la atención. Toma nota de situaciones que te inquieten o conmuevan, y de lo que se te ha ocurrido al ver eso... Ojo, no es un diario. No tienes que contar lo que te pasa, sino lo que se te ocurre sobre lo que estas viendo. Dos líneas apenas, una reflexión, un chispazo de imaginación.

 Para escribir tienes que tener mucha disciplina, pero eso no quiere decir que seas rutinaria y metódica.... cada cual encuentra la forma que le conviene más. Hay escritores, que siempre se sientan a la misma hora. Yo no. Pero tienes que priorizar la escritura en tu vida. Trabajar, a ser posible, todos los días. Aunque sea solo una hora y aunque no escribas, sólo pienses.

 Si aparece un bloqueo verdadero, "la seca" que decía Donoso, es que no puedes hacer nada... Sólo intentar relajarte y no desesperarte demasiado.

 En cuanto a los bloqueos ligeros, de cuando en cuando se necesita desconectar un poco. No son bloqueos de verdad, sino pérdidas momentáneas del camino. Y a veces viene bien parar unos días, porque la cabeza sigue funcionando y encuentra la salida. Pero nunca hay que parar demasiado, porque entonces los textos se mueren y viene el bloqueo de verdad.

 A veces el propio diálogo va definiendo al personaje.

 En ocasiones escribiendo diálogos me he quedado de una pieza, porque el personaje ha dicho algo que yo no sabía que sabía... ¡Es como ser médium, ja ja ja! Y a menudo después de escribir un diálogo el personaje se va por otro lado y entonces ves que ese diálogo que has escrito no vale, porque no podría decirlo la persona en la que se ha convertido tu personaje, y lo rehaces.

 Fíjate que no creo que escribir sea "útil para la introspección personal", al menos escribir ficción.

 Para la introspección, hay que escribir diarios (algunos maravillosos, como los de Julio Ramon Ribeyro), incluso, quizá, cierta poesía..., pero no ficción, el hecho de hablar de uno mismo, en ficción, da por resultado una mala ficción, salvo que sepas trascender tu pequeña vida y la conviertas en algo universal, como hizo, por ejemplo, Conrad, que contó su vida (sin hablar de si mismo) en “El corazón de las tinieblas”.

 Recuerda siempre que a García Márquez le rechazaron 16 editores su primer libro.

 Las novelas nacen del mismo estrato del inconsciente del que nacen los sueños. Y por supuesto que te representan simbólicamente en lo más profundo, pero también representan a los demás, porque cuanto más abajo de ti desciendas, más cerca estarás de los demás. Mientras que si te quedas hablando de ti, desde la superficie, solo abarcas una vida diminuta y superficial. De modo que, en efecto, hay que hablar desde uno y no de uno.

 Es verdad que no se puede "enseñar " a escribir, y, sin embargo, a escribir se aprende... es un oficio que vas aprendiendo. Entonces los talleres, y ya no digo este, sino las escuelas y demás, pueden darte un entorno más rico para que vayas evolucionando por ti mismo.

 Y sí…, todos tenemos algo de Peter Pan, ¿no? En realidad, la creatividad reside en el niño que llevamos dentro.

 No importa usar la primera persona, es un recurso literario más. Lo importante es la distancia interior.

 Si estás hablando desde tu yo, da igual que uses una tercera persona, tu realidad siempre inundará y empequeñecerá el libro. Hay maravillosas novelas escritas desde una primera persona, desde un YO poderoso que., sin embargo, NO es el autor. El quid de la cuestión está en diferenciar claramente el narrador y el autor.

 Todos los escritores hemos tenido la sensación maravillosa de terminar alguna vez una escena, un párrafo, un capitulo, y decirnos asombrados: pero, ¿de dónde ha salido esto? Yo esto no lo sabía antes de escribirlo.

 En narrativa uno escribe de lo que no sabe que sabe. O dicho de otro modo: no escribes para enseñar nada, escribes para aprender, y si no tienes la humildad suficiente como para dejarte enseñar por tus personajes, entonces seguramente harás una mala novela.

 Todos somos hijos de nuestros padres y nuestras madres literarios. Es decir, todos estamos incluidos por nuestras lecturas, o más bien formados por nuestras lecturas, por todas, por las que nos gustas y las que nos disgustan, que también enseñan a no escribir así. Pero no tengo unos "padres" concretos.... Y no, no creo que mi estilo esté fuertemente incluido por lo que leo.

 El estilo va por sí solo, es como una casa en la que habitas... o como tus ojos, tu manera de ver el mundo. Hay autores, pocos, que mientras escriben dicen que no quieren leer por eso, para no dejarse influir, pero yo eso no lo entiendo ni es algo que nos suceda a la mayoría. Y sería una desgracia, con lo que me gusta leer!

 Creo que SIEMPRE se puede empezar a escribir, y también creo que la escritura es un oficio y que se aprende escribiendo.

 O sea que no reprimas tu escritura con la idea de hacerlo solo cuando hayas aprendido a hacerlo bien, porque entonces no escribirás nunca, Y no escribir nunca, cuando deseas hacerlo, es una pena....

 Porque escribir es una actividad maravillosa. Y no deseo que seas como Lampedusa, porque el pobre ni siquiera llegó a ver la publicación de su libro. Murió antes, como sabes. Venga, ¡escribe! A escribir se aprende escribiendo, y nadie nació sabiendo. No tienes que descubrir "si es lo tuyo" o no. Basta con querer hacerlo. Para escribir solo se necesita querer o necesitar escribir. El resto es humildad, ambición (deseo de mejorar) y trabajo.

 No recomiendo la autoedición en absoluto. No sirve de nada. Sólo gastas dinero, pero no hay distribución y solo te servirá para vender los ejemplares o regalarlos a los amigos. Puestos a hacer autoedición, mejor cuelga tus libros en la red. Gratis o con precio.


9.4.11

Cuentos negros, recopilación de relatos de Vázquez Montalbán

Galaxia Gutenberg recuperó en el año 2011 una colección de relatos de Manuel Vázquez Montalbán a través de Círculo de Lectores, pero que también se puede comprar en librerías (al menos en Fnac); relatos digo, que divide en dos tomos distintos.

Cuentos negros y Cuentos blancos.

En el primero, entrega una novela corta “La muchacha que pudo se Emmanuelle” más cinco relatos negros y dos ensayos cortos sobre la escritura negra. 

Toda esta recopilación son trabajos literarios que produjo Manuel Vázquez Montalbán entre los años 1988 y 2000 para diferentes medios de comunicación y ahora recopilados y servidos para deleite de los que reconocemos a este autor como un gran escritor de novela, incluso siendo novela negra, que nos parece y no sé bien por qué, un género menor.

Es muy interesante poder disponer de recopilaciones de autores que van dejando sus escritos, tal vez menores, por distintas fuentes, pero que tienden a perderse, a ser trabajos muy desconocidos.

No hablo aquí del libro Cuentos blancos, al no haberlo comprado todavía, aunque me consta que en este libro son todo relatos cortos, creo que en número de quince y de temática diferente a la acostumbrada en Vázquez Montalbán.

7.4.11

Cuidados a la hora de crear personajes ficticios dentro de historias reales

Mezclar datos reales con ficticios a la hora de escribir novela es complicado para no caer en problemas de identidad entre los personajes y las personas; entre los cargos y las carguitos inventados.
Estoy escribiendo una novela con datos históricos mezclados con otros falsos, lo que la convierten en una pequeña bomba que tendré que avisar, pues ni todo es mentira ni todo verdad. Se basa en mi ciudad, con datos reales de calles, iglesias e incluso cargos de aquel entonces, pero con sucesos inventados que convierten en ,malos a los que posiblemente fueran buenos. Y aun que los nombres son falsos, podría encontrarme con algunos problemas legales si se publicara tal cual. A la hora de crear ficción hay que tener cuidado con las acusaciones ficticias, pues se pueden confundir con presuntos ensayos y tener que dar excesivas explicaciones, que no se merece la obra.
Hay que estar documentado, incluso muy documentado, pero a la hora de mentir hay que dejarlo muy claro, incluso hasta lo contrario de lo real, para no crear confusiones entre los presuntos o posibles afectado.
Si relatamos que el Gobernador Civil de una provincia en 1963, cometió un adulterio con una presa jovencita, hay que estar muy seguro de retratarlo completamente distinto a su real fisionomía, o incluso añadirle algunos detalles imposibles. Si era alto debemos reflejarlo rechoncho y bajito, elegante si era un desustanciado, con fama de jugador empedernido si era religioso de misa diaria (aunque aquí, igual no es incompatible) y sexualmente activo si era…, mejor cuida mucho los detalles del retrato, para que no se confundan, anda. Ten cuidado.

3.4.11

Mario Conde compra el Real Zaragoza, mientras yo me dedico a plantar tomates

Una vez que ya sabemos que Mario Conde va a comprar el Real Zaragoza, uno ya se siente más tranquilo. Sé pues que aunque vaya a la cárcel por algo, podré resurgir de mis cenizas hasta poderme hacer dueño de un equipo de fútbol. Es lo que tiene ser listo en un terreno de tontos. Lo malo es que yo no soy tan listo.

Ayer planté tomates y pimientos en mi huerto. Las puñeteras palomas ya me habían partido una mata de pimientos a los pocos minutos de terminar mi entretenimiento. ¿Debo juzgar y condenar a muerte a las palomas como hay hecho ellas con mi pimiento?

De momento me iré a preparar un asado de ternasco para esta comida, que me vienen los hijos y quiero quedar bien con ellos. Seguro que me saldrá soso. Aunque si pienso mucho en esto, seguro que me saldrá salado.